miércoles, 20 de junio de 2012

À bientôt...


Mis pensamientos se encadenan unos a otros mediante puntos suspensivos. Ninguno llega a un final satisfactorio. 
La mente bulle sin parar intentando organizar esta cadena infinita de cosas por decir, de sensaciones y no tanto de conclusiones. Pero aún queriendo expresarlo todo, en realidad es más la consciencia la que me 'presiona' ante un inminente final, la necesidad de cerrar un ciclo al menos por escrito. El sentimiento inevitable de que se acaba una experiencia, un mundo de percepciones, de aprendizaje y una fuente inagotable de conocimiento a todos los niveles. Hace unos días caí en la cuenta de que apenas había escrito sobre Niza, sobre mi experiencia Erasmus aquí; y confieso que abrí este pequeño ciberespacio con la intención de hablar de ello. Aunque a priori no lo parezca, considero que lo he hecho de forma implícita, aunque menos de lo que me hubiera gustado, pues reconozco que me cuesta mucho canalizar todo lo que pasa por mi mente y expresarlo por escrito. 
He vivido esta experiencia de manera tan íntima y personal que pasar a describirla me resulta violento. Y describir no es más que poner nombre y dar ciertas connotaciones -superficiales en su mayoría- sobre un hecho y, en este caso, todo lo que pueda describir no llegaría a la intensidad que han tenido estos nueve meses. En unos días volveré al tumulto, al delicioso caos de una ciudad como Madrid, de amigos y de sueños inmortales que nacen de la excitación que da la vida. 

"...Porque la única gente que me interesa es la que está loca, la que está loca por vivir, por hablar, ávida de todas las cosas a un tiempo, la gente que jamás bosteza o dice un lugar común..., si no que arde, arde, arde como candelas romanas en medio de la noche". Jack Kerouac, extracto de  'En la carretera'.

Es en este momento cuando respiras profundamente y te das cuenta de la infinitud del Ser Humano. Sonríes. Hay una conexión superior e interior entre todos -Uno, en realidad- que nos impulsa como un aullido interminable. Siempre avanzamos, siempre vamos hacia delante, siempre; y está en nuestra mano evitar que sea una huida.
Vuelvo a hacer una disertación de esos "pensamientos suspensivos" que habitan en la alcoba. Siempre caóticos y desordenados pese a mi voluntad, y acabo por rendirme a ellos para ver qué tienen que enseñarme. Es así, somos extremadamente complejos y sencillos a la vez, depende de hasta qué punto queramos llevar cada cosa. "En el equilibrio está la virtud", como bien dijo el gran Aristóteles, y qué difícil es conseguir esa armonía pero cómo se agradece cuando se tiene y se mantiene.
Dicho todo esto, me reconozco AHORA en ese estadio de 'equilibrio', no sin sentir un volcán en plena erupción en mi interior. Maravillosa taquicardia. Maravilloso viaje sin destino, pero con sentido. El sentido de Todo.

Gracias a los que me acompañáis en este viaje que recién empieza.
Gracias a los que habéis compartido un poco de delirio conmigo.
Y Gracias a los que estáis más aquí que allí.



domingo, 27 de mayo de 2012

Delirios y otros sueños...

Nunca consigo escribir sobre un tema en concreto. Supongo que este libre albedrío llegará a su fin cuando, en algún momento de un futuro no muy lejano, un papel certifique mi licenciatura en  Periodismo. 
Cuando esto ocurra y se me considere oficialmente dentro de "la edad adulta", de forma inconsciente -o no tanto- se esperarán ciertas cosas de mí. Justo en este punto del camino, debería invadirme la preocupación: "¿cumpliré dichas expectativas?, no quiero decepcionar a nadie". Sin embargo, la sensación que tengo es otra: tranquilidad ante un futuro que sé mío. Cuando 'decepcionamos' a alguien nos sentimos responsables y nos hacemos cargo -nunca mejor dicho- de ese sentimiento ajeno. La persona que eres difiere y entra en conflicto con la persona que los demás creen que eres. ¿Por qué asumir entonces esa enorme y pesada responsabilidad? No se puede vivir con el miedo a la decepción, porque esto no es más que una percepción externa y errónea de lo que realmente somos. Cambiaría 'expectativa' por 'capacidad', y ésta depende siempre de uno mismo. 
Está claro (y es innegable) que no vivimos aislados y que todo lo que ocurre en nuestro entorno nos influye en mayor o menor medida. La cuestión radica en saber hasta qué punto, el exterior nos moldea a su imagen y semejanza, hasta qué punto dejamos de ser nosotros mismos para personificar la idea que los demás tienen de lo que deberíamos ser. En este sentido, no quisiera perderme para ser periodista. 
No se puede vivir complaciendo a los demás, así como no se puede vivir -en el sentido más literal- sin ser uno mismo. Y esto creo que el periodista lo debe tener muy presente.

Considero así que una creencia -que adoptamos del exterior- es problemática cuando la interpretación que hace del mundo no nos favorece.

De momento, me dejaré llevar por este libre albedrío, me dejaré embriagar por la belleza y el amor que me rodea; los cuales creo y descubro siempre como algo nuevo y mágico. 
No podemos desnaturalizar nuestra esencia, por lo tanto, lo más inteligente es dejarse llevar por la vida.

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja 
como un aullido interminable...




viernes, 16 de marzo de 2012

Titular sin título

Cuántas horas ha estado el cursor parpadeando sobre la página en blanco a la espera de que yo escriba algo, pero no cualquier cosa, claro. Algo de lo que me sienta orgullosa y que me haga crecer, aunque sea un poquito. Y entonces, ¿qué espero de mí? 
Aprendí a no tener expectativas, a no hacerme una imagen de lo que podría llegar a pasar, a no idealizar nada, a no esperar nada...y a esperarlo todo: con la mente vacía y el alma llena. Es el único camino que conozco. Ardua tarea para el ser humano, que no para de pensar, de dar vueltas una y otra vez a acontecimientos que ya fueron o que están por venir, que nos hacen conceptualizar nuestra vida en los tres estadios del tiempo: pasado, presente y futuro. No paramos de juzgar (-nos), de repensarlo todo una y mil veces hasta que caemos agotados cada noche sobre la almohada, exhaustos, con temor a que el día se repita; y lo peor es que no hemos avanzado nada. En nuestra lucha diaria con el comezón inagotable que parece la mente, es importante que reflexionemos sobre lo que pensamos, sobre la calidad y la utilidad real de nuestros pensamientos.
Y que conste, que si digo esto es porque me reconozco en ello: Muchas, muchísimas veces me he perdido un lindo día por andar mirando al suelo y pensando; aunque me atrevería a decir que más que pensar era una ataque inconsciente contra mí misma. Es curioso cómo la persona que más nos quiere es la que más daño puede hacernos...y sí, hablo de nosotros mismos. A menudo damos demasiada importancia a lo que ocurre en el exterior, a cómo afecta en nuestro presente y posiblemente en nuestro futuro, a cómo nos cambia hasta el punto de dejar de ser quienes realmente somos, y todo para terminar olvidándonos de lo que sí es realmente importante. Dedicamos tanto tiempo a pensamientos inútiles que nos hacen infelices, que no nos queda tiempo para nada más; ni siquiera para tener la certeza de que podemos sonreír. 
Ensimismados y torturados por los mismos vicios mentales, cada vez habitamos más nuestra mente enferma, la tomamos como la única realidad posible, en definitiva, la tomamos demasiado en serio.
Desde hace algún tiempo he decidido cortar con esta mala costumbre y, aunque vuelvo a ella con más frecuencia de la que me gustaría, lo importante es que sé cómo salir. Nos miramos mucho pero nos vemos poco, no sabemos siquiera quienes somos más allá de lo que creemos ser. Lo encasillamos todo meticulosamente en el humano afán de ordenar el caos; enjaulamos lo que se nos presenta libre, recortamos y empequeñecemos la realidad salvaje para hacerla comprensible en vez de salir de nuestra mente, vaciarla y abrirla...sin hora de cierre.
"Si lo localizo, lo analizo y lo etiqueto; lo entiendo", este es el pensamiento que tenemos cuando nuestro entorno es demasiado complejo. No encierres la realidad, tu realidad, en palabras que acabarán perdiendo el sentido.

No se puede entender con palabras aquello que ES. Así pues, déjalo ser.

Para terminar, quisiera citar algo que, aunque parezca que no tiene que ver con lo que he escrito, en mi opinión, está íntimamente relacionado: "Precisamente porque te riges por ellos, porque te definen en la vida, has de revisar tus principios. Cámbialos y adopta otros nuevos que convengan con tu 'yo' de cada momento. Éstos no deben ser nunca inmutables. Sólo así crecerás". 
Nunca olvidaré estas palabras. Gracias.


"No se ve bien si no es con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos" 


Mañana

La ventana entornada recuadra un rostro
sobre el campo del mar. Los lindos cabellos
acompañan el tierno ritmo del mar.

No hay recuerdos en este rostro.
Sólo una sombra huidiza, como de nubes.
La sombra es húmeda y dulce como la arena
de una intacta caverna, bajo el crepúsculo.
No hay recuerdos. Sólo un susurro
que es la voz del mar convertida en recuerdo.

En el crepúsculo, el agua mullida del alba,
que se impregna de luz, alumbra el rostro.
Cada día es un milagro intemporal,
bajo el sol: lo impregnan una luz salobre
y un sabor a vívido marisco.

No existe recuerdo en este rostro.
No hay palabra que lo contenga
o vincule con cosas pasadas. Ayer,
se desvaneció de la angosta ventana,
tal como se desvanecerá dentro de poco, sin tristeza
ni humanas palabras, sobre el campo del mar.

César Pavese
 
 









sábado, 28 de enero de 2012

Al mal tiempo,buena cara...

...Sí, ya sé, es una expresión muy frecuente; y aún siéndolo, parece haberse perdido en los tiempos que corren. Aquí, en Niza, la lluvia se ha apoderado de la ciudad y no da tregua. Hacían falta nubes, hacía falta agua.
Desde hace algunos años, los nubarrones se ciernen sobre el mundo, pero son muy pocos los que le ponen buena cara, y no es para menos: no para de llover. El cielo es gris...pero el agua es el alimento que nos da fuerzas para cuando salga el Sol. 

La historia de la Historia es cíclica.  Nuestros antepasados también vivieron tiempos difíciles, y no tenían los recursos y las oportunidades para el cambio que tenemos ahora. Por eso, creo que el mayor perjuicio que comete el Ser Humano -contra sí- es perder la perspectiva, y los actuales medios de comunicación no hacen sino empeorar la situación, una clara invitación a la depresión. Basta. Esto también pasará de largo, no estamos destinados a la extinción, ese no es nuestro propósito; somos seres altamente cualificados y preparados para salir del miedo -esa epidemia invisible que paraliza y enfrenta a la Humanidad-. Esta poderosa emoción lleva a la inseguridad, frustración e impotencia...y no, el mundo no se va a acabar mañana. El miedo, si me lo permitís, no es real...y a pesar eso, ¡cuánto daño hace!
En tal estado de shock, el miedo nos ha robado el sentido común, ese que nos hace ver el Sol entre las nubes.

Tenemos que recuperar esa perspectiva, darnos la mano y sentir que podemos superar cualquier 'valle' de este ciclo vital. No hay nada que no podamos hacer, de verdad. A veces, para llegar a la luz tenemos que estar a oscuras...pero no olvidemos que somos velas, miles de millones de velas experimentando la oscuridad para llegar al Sol.


"Una vez se haya dicho todo, estaremos en condiciones de volver a decirlo todo, porque todo se habrá contradicho". Aquiles Dalseme (1840-1913) Periodista francés.



miércoles, 25 de enero de 2012

ReConexión

Tras varios días cavilando sobre mi "primera entrada",aún ahora,que estoy dispuesta a que mis manos se deslicen por el teclado y logren escribir algo que merezca la pena leer; la inspiración ha decidido abandonarme, sin piedad alguna. Los periodistas (me incluyo aún sin merecerlo) sabemos perfectamente la dificultad a la que nos exponemos cuando ésta infiel compañera decide irse. Lo peor es que tenemos que hacer nuestro trabajo,con o sin ella. Lo mejor es que, al tiempo que le suplicamos que vuelva, vislumbramos aquellos días en los que éramos lúcidos, sagaces e incluso, mentes pensantes.

Pensar cansa,sí. Y quizás por eso hemos parado de pensar, y no sólo los periodistas. Es una costumbre generalizada. Aunque debo matizar: no por pensar más somos más inteligentes, a veces denota todo lo contrario, depende del pensamiento.
No creo que, en este sentido, hayamos dejado de ser inteligentes. Los grandes genios siguen existiendo, en cualquier lugar y de cualquier edad, pero, ¿por qué tenemos la sensación de que involucionamos, de que el mundo ha perdido el sentido común? Bueno, en cierto modo nos hemos perdido y ahora, cuando parece que el fin del mundo llega (y no por la predicción Maya, sino por la mala praxis económica), buscamos desesperadamente una salida. El error está en pensar que en algún momento "nos encontramos". Lo dejamos todo en manos -garras- del dinero, y después clamamos al cielo por Justicia. 
En mi opinión, lo verdaderamente injusto es que no nos hagamos cargo de nosotros mismos, de lo que creamos a nuestro alrededor, de las cosas que nos ocurren y que nos ocurrirán. Más que pensar -por pensar- recomiendo un ejercicio de autoconocimiento. Sólo cuando nos conozcamos, entenderemos la situación en la que vivimos, por qué hemos llegado a este punto de 'caos'. Quizás todo esto sea necesario para reconectar con nosotros mismos, para crear una conciencia global y para pensar, pensar bien. 
No pretendo dar ninguna lección de 'auto-ayuda'. Eso os lo dejo a vosotros :)





P.D: Le agradezco a mi padre que me diera el 'último empujón' para escribir un blog. "Hace falta honestidad en el mundo"; se ve que confía en mí. GRACIAS.